¡Soñado oro brasilero!
Después de sufrir las derrotas
más dolorosas en los últimos años, Brasil conquistó el título olímpico, único
campeonato que no había podido ganar. En los pies de Neymar recayó el peso de la
historia para ejecutar el último penal con el que los pentacampeones lograron
la hazaña frente a un temido rival como Alemania. El estadio Maracaná estalló
en lágrimas, risas y gritos de desahogo.
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